Por el Colectivo de Trabajadores de Prensa.
Juan Carlos Camaño |
El 20 de septiembre, un día antes del comienzo de la
primavera, la Junta Electoral de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos
Aires (UTPBA) rompió el silencio que estrenó a principios de julio, cuando la
conducción que lleva 20 años enquistada en el sindicato decidió buscar su
reelección y convocó a una asamblea para iniciar el proceso electoral en el
club Sociedad Italiana de Tiro al Segno, a diez cuadras de la estación El
Palomar, partido de Morón, y a 23 kilómetros de su sede central de Avenida de
Mayo. En la asamblea de julio fueron elegidos los miembros de la Junta
Electoral que en teoría debería garantizar la transparencia de los comicios.
Pero el organismo electoral está más ocupado en
garantizar el fraude electoral que en organizar una elección limpia. Entre
julio y el fin del invierno su mejor opinión fue el silencio, hasta que
decidieron romper el anonimato y acusar a la Lista Multicolor de insultar y
descalificar “en tono amenazante a afiliados y miembros de la JE”. La versión
fue disparada por la conducción del sindicato cuando delegados de distintos medios
intentaron ver los padrones, uno de los secretos mejor guardados por Camaño,
Fagale & Cía.
La lista Celeste y Blanca controla la UTPBA desde
hace tres décadas y lleva el mismo tiempo sin mostrar sus registros de afiliados.
A pesar del ocultamiento, la Lista Multicolor fue una y otra vez a la sede de
Avenida de Mayo para enfrentar prácticas dignas de la burocracia más berreta:
desde negarse a entregar el padrón (incluso a delegados que pedían los de su
empresa), negarse a exponerlo en cartelera y reducir al máximo días y horarios
de consulta, hasta ofrecer una única terminal informática que sólo permite
consultar de uno en uno, custodiada por empleados disfrazados de afiliados con
una maniobra simple: siempre hay uno consultando y otro el espera. Ambos no
tienen otro fin que ganarle por cansancio a quien realmente pretende ver el
padrón, que desiste y se va. Todo frente a un empleado de intendencia que
vigila sin pestañear, pendiente de la seguridad de los íntimos de Camaño,
mientras tres cámaras esperan ansiosas para poder registrar y denunciar
“agresiones”, que a diferencia de la suspensión nunca ocurrieron.
El pedido fue concreto y preciso: acceder a los
registros de afiliados para poder garantizar la transparencia de las
elecciones. La Celeste y Blanca se negó sistemáticamente y su última respuesta fue el 20 de septiembre,
cuando los integrantes de la Junta, apoltronados en una oficina, se quedaron
sin argumentos y echaron a los representantes opositores. Como si fuera un
tribunal, la Junta Electoral blindó los inexplicables secretos que su
conducción mantiene sobre los padrones y expulsó a los representantes de la
Lista Multicolor. Luego vino la victimización y el llamado a la solidaridad internacional,
cuando lo único que pone en peligro al sindicato, por sus prácticas
fraudulentas, son quienes lo conducen.
El árbol genealógico del fraude
La Junta Electoral 2013 de la UTPBA está compuesta
por familiares de sus principales dirigentes. Aunque la mayoría de los miembros
de la comisión directiva son empleados de planta con una antigüedad superior a
los 20 años, sus familiares son monotributistas que facturan mes a mes desde
hace más de un lustro.
Lidia Fagale |
La presidenta es Leticia Amato, ex mujer de
Alejandro Camaño, el mayor de los tres hijos de Juan Carlos Camaño, ex
secretario general, empleado del sindicato desde 1986 y verdadero conductor de
la UTPBA. Amato tuvo a su cargo el “centro de capacitación”, que supo ser uno
de sus principales soportes promocionales del gremio. El vicepresidente es Juan
Carlos Chaneton, el abogado que la UTPBA aportó formalmente a los delegados que
protagonizaron la paritaria de prensa escrita y a quien prefirió reemplazar
cuando precisó un letrado capaz de defender el padrón trucho ante el Ministerio
de Trabajo. La secretaria es otra nuera de Camaño: Anahí Más, sobrina de Fagale
y casada con Hernán Camaño, el segundo hijo del hombre que lleva los números
del sindicato. Anahí dirige la revista Furias, financiada en sus orígenes por
la UTPBA, donde Tía Lidia dice ser “colaboradora”. También son empleados del
gremio el secretario adjunto Sebastián Bramante y el primer vocal Martín
Aostri, yerno de Daniel Das Neves, otro histórico que en 2009 endeudó a la UTPBA
con dos cheques por 30 mil pesos que siguen impagos. Sin lazos de sangre pero
hiperactivo en el armado electoral figura un dirigente del sabatellismo, Guido
Fernández Parmo, quien junto a su amigo Alejandro Camaño dirige Radio Che en
Castelar, un enclave soñado para la UTPBA: sin patrones a quienes enfrentar y
con 43 afiliados, el doble del promedio de los diarios porteños. La lista de
guardianes del fraude se completa con Ulises Troncelliti, Esteban Pace y Carlos
Baldino Altube.
Abogados al servicio de los trabajadores |
El responsable de defender en tribunales las
maniobras antidemocráticas de esa junta electoral de corte familiar no es
Chaneton sino el abogado Andrés Gastón Reyes, especialista en derecho
empresario, asesor de algunas de las principales empresas extranjeras en la
Argentina y miembro del estudio Richards, Cardinal, Tützer, Zabala &
Zaefferer, que representa a empresas extranjeras como Microsoft, Samsung,
Mercedes Benz y a firmas de la industria farmacéutica. Reyes prestó servicios
en Marval 0' Farrel, personero del Citibank y Standard Bank en la Argentina, todo
un perfil para el abogado que contrata un sindicato dedicado en teoría a
representar intereses de trabajadores. ¿En la próxima paritaria la UTPBA se
asesorará con el abogado de AEDBA? ¿O ya lo hace?
Los agujeros negros del padrón
A pesar del esfuerzo de la conducción por ocultar su
padrón, desde el CTP investigamos por distintas vías: tomamos nota en los
escasos lapsos en que logramos acceder a la terminal de la PC, hasta que nos
echaron de la junta electoral, y hoy estamos en condiciones de informar cómo
está compuesto el universo de afiliados, operadores y punteros que coordina Camaño.
Sobre 5200 personas registradas, sólo una quinta
parte --poco más de mil-- son trabajadores de empresas periodísticas, el sector
donde más se padece la ausencia del sindicato. El abandono de los trabajadores
en sucesivos conflictos desde fines de los ’90 implicó desafiliaciones masivas
que, sumadas al comprensible desinterés de las generaciones jóvenes en entregar
el 2% del sueldo a cambio de nada, derivaron en que empresas que editan diarios
y revistas tengan menos afiliados que muchas FM barriales. En Clarín, con más
de 2200 empleados, hay apenas 110 afiliados. Télam y La Nación no llegan a
cincuenta, en tanto editoriales como Perfil o Atlántida apenas superan los diez
afiliados.
El mayor agujero negro del padrón se esconde tras la
figura de “colaboradores”: son más de 2000 nombres. En 2010 fueron claves (casi
mil votos) para que la conducción se asegurara otros tres años de empleo. La
única certeza sobre sus identidades es que no son los compañeros/as a los que
las empresas explotan día a día bajo esa figura. Según la encuesta del CTP que
respondieron 388 colaboradores, sólo el 2% estaba afiliado, y su opinión sobre
la UTPBA no es precisamente favorable.
El segundo agujero negro está en la categoría
“jubilados”: los registrados son más de 750 y en 2010 supuestamente aportaron
442 votos. Los jubilados de carne y hueso que los trabajadores conocemos son
duros críticos del sindicato, sobre todo por los precarios servicios que presta
la obra social de prensa. Ayer fuimos testigos directos del maltrato de la
OSTPBA a los jubilados: mientras la Lista Multicolor se manifestaba en la calle,
los hizo esperar más de una hora en la vereda, al mismo tiempo que empleados de
la UTPBA entraban y salían sin ningún problema.
Asado de campaña en El Palomar |
Más claro es el panorama en las radios de Buenos
Aires y el conurbano que figuraron en la solicitada del llamado a elecciones y
que no tuvieron urna propia hasta 2010, cuando al formación del Frente de
Unidad llevó a Camaño & Cía. a sacar un crédito para financiar la campaña y
a inflar el padrón con votantes del Gran Buenos Aires, en su mayoría de dudosa
relación con el oficio. Sin trabajadores en relación de dependencia, sin
patrones que obliguen al sindicato a funcionar como tal, las radios realmente
existentes han sabido de esporádicas visitas de Fagale con el fin de repartir
carnets de afiliaciones para poder disfrutar del cámping de Moreno. Los
compañeros/as que hacen programas en esas FM, a diferencia de los de canales,
diarios o radios grandes, son los únicos que reciben de vez en cuando alguna
señal de vida de la UTPBA, sobre todo para invitarlos a disfrutar del cámping o
al asado que antecede la asamblea de Junta Electoral.
Los punteros de Camaño
En zona norte hay dos núcleos duros de votantes. En
Eva Perón al 2500 de San Martín funciona la cooperativa Unidos por el Calzado,
una fábrica recuperada por trabajadores de la ex Gatic, a priori sin relación
con el gremio de prensa. En esa dirección, según la UTPBA, existen otras dos
cooperativas de las que no hay ningún registro en el Instituto Nacional de Asociativismo
y Economía Social (INAES) pero que sin embargo figuraron con mesa propia en la
solicitada de la UTPBA. En la misma dirección funciona FM Nueva Generación,
“una de las primeras radios comunitarias de la Argentina” según su web, donde
se desempeñan dos candidatos de la Celeste y Blanca: Argentino Lorenzo y el
puntero político Luis Medina. Entre las tres mesas de la cuadra, Fagale &
Míguez se aseguraría más de 130 votos.
FM Center: 70 afiliados. |
Desde el oeste del GBA proviene el mayor caudal de
afiliados de la conducción, producto de las gestiones de Alejandro (39), Hernán
(37) y Marcelo Camaño (35, tercer retoño del jefe de la UTPBA), más el amigo de
la familia Diego Della Corna (candidato a tesorero) y el periodista devenido
empresario Javier Romero. La FM Center de Hurlingham (foto), donde no se votó
en 2010, sumó vertiginosamente 70 afiliados, más que la mayoría de los grandes
diarios. El gestor del milagro es Ramiro Ayala, presidente del centro de
periodistas de William Morris, y la distribución masiva de carnet por parte de
Fagale ocurrió en junio, tras la finalización de un curso de capacitación a
cargo de Mario Portugal, el hombre de ETER que reemplaza a Eduardo Aliverti en
las filas de la C&B.
Nueva Argentina: 14 afiliados |
Otro numeroso caudal de votos (43 afiliados) se
apresta a aportar Radio Che, que funciona en un local de ropa de Castelar y
dirigen Alejandro Camaño y Guido Fernández Parmo, hombre clave de la junta
electoral y en el armado del masivo asado de El Palomar del que los
trabajadores de prensa nos enteramos por fotos y videos posteriores. La FM
Oriente de Ituzaingó, que en 2010 aportó 17 votos (asistencia
perfecta) también tuvo un descomunal crecimiento, que tres años después le
permite contar con 42 afiliados. El hombre de la C&B en esa radio, que no
tiene un solo empleado bajo relación de dependencia y está cerrada los fines de
semana, es Adrián “Pocho” Ríos, empleado de la municipalidad de Ituzaingó. Un
caso asombroso en ese distrito es el de la FM Nueva Argentina, que funciona
detrás de una ventana tapiada (ver foto), tiene un solo programa de 7 a 9 y la
friolera de 14 afiliados.
El micromundo de los blogs, desde el que la UTPBA
libra tenaces batallas contra el capitalismo, también es pródigo en el aporte
de afiliados. Un caso notable es el de la Agencia 144 de Moreno. La última nota
cargada en www.agencia144.com.ar
data de hace siete meses, uno más de los que el Estatuto de la UTPBA exige para
poder votar. La parálisis no le impide a la agencia contar con 31 afiliados, de
los cuales sólo uno firmó una nota. El blog incluye textos (tomados de www.nos-comunicamos.com.ar, del
candidato a secretario gremial Héctor Sosa) firmados por miembros del riñón de
la UTPBA como Camaño, Chaneton y Bramante. En 2010 cosecharon allí 28 votos
contra cero de la oposición.
No menos significativo podría ser el aporte de La
Oreja que Piensa, de Villa de Mayo, Malvinas Argentinas. Su coordinador es
Alberto Borda, miembro de la C&B, que en 2010 garantizó 24 votos
(asistencia perfecta) y tres años después cuenta con 37 afiliados para un blog
que en Facebook tiene 16 seguidores. Otro sitio repleto de admiradores de
Fagale (32 afiliados) es Motor de Ideas, de Temperley, que coordina la hermana
del candidato Sosa y donde escriben Chaneton y Fernando Frustasi, candidato a
protesorero.
En 2010, con vistas a la elección, la C&B
publicó un cuadernillo con nombres y datos de sus candidatos. En la introducción
(dos oraciones, letra gigante para cubrir una página) apuntaron que a los
miembros históricos “se suman jóvenes comprometidos con las ideas de la UTPBA”.
Tres años después, el mismo boletín, el mismo diseño, las mismas caras, el
mismo texto, pero sin la mención a los “jóvenes comprometidos”, una alusión a
quienes integraban la UTPBA desde la FB Boedo, que entonces tuvo mesa propia y
aportó 31 votos y tres años después dejó de existir para la UTPBA.
Números
rojos, deudas y una obra social al borde de la quiebra
En
2010, durante las últimas elecciones para renovar la conducción de la UTPBA, la
lista opositora que llevó a Osvaldo Bayer como candidato a secretario general advirtió
que la Obra Social de los Trabajadores de Prensa había caído en manos de una
vidriosa empresa de salud. Tres años después, esa gerenciadora impulsa un
reclamo judicial por tres millones de pesos mientras el sindicato afronta un
crédito por 450 mil.
Por CTP
Concebida como una obra social para atender la salud
de los trabajadores del gremio, la OSTPBA es el otro agujero negro del
sindicato administrado desde hace un cuarto de siglo por Juan Carlos Camaño,
Lidia Fagale y Daniel Das Neves. Una conducción que en público defiende la
salud solidaria y sostiene la lucha contra la privatización del sistema
sanitario pero en privado entregó hace más de cuatro años el gerenciamiento de
la obra social a Sygma Servicios Integrales S.A., una especie de tercerizadora
de servicios de salud que administró un servicio con dos y tres meses de demora
para turnos en determinadas especialidades, y hasta ocho horas para derivar a
un paciente con alguna dolencia urgente.
El deterioro de la obra social es una experiencia
irrefutable para cualquier trabajador de prensa. Desde la conducción sostienen que
sus avatares tienen que ver con la estoica resistencia ante un sistema de salud
mercantilista y que es la única manera posible de poder seguir con un modelo
solidario de salud ante nuevas expresiones de neoliberalismo sanitario.
Pero en el último lustro la OSTPBA ha cambiado
varias veces de gerenciadores, y el derrotero de estos proveedores de la
estructura que la obra social no tiene podría terminar en una quiebra sin
precedentes. El caso más grave es el juicio que enfrenta la OSTPBA desde abril
de 2012. Se trata de un pedido de quiebra por 2.840.685,87 pesos. El juicio es
impulsado por Sygma, prestadora que se jacta de contar con “500 médicos
propios” para atender la demanda de obras sociales medianas y pequeñas. El
juicio tramita en el Juzgado Comercial 8, a cargo de Javier Cosentin, y los abogados
de Sygma reclaman la quiebra por “contrato de prestaciones médicas
asistenciales supuestamente impagos”. No es el único juicio que enfrenta la
OSTPBA. Desde el 17 de marzo de 2010 la empresa Bristol Park S.A., otra gerenciadora,
lleva un proceso similar por una cifra todavía desconocida, ante el mismo juez
y secretaría pero en el expediente 8921. Si cualquiera de los dos casos juicios
prospera, la obra social podría perder todos sus bienes, incluida la sede de Perón
al 1.100, o podría ser virtualmente intervenida.
Raúl Barr |
Luego de años de una pésima administración, la
OSTPBA atraviesa una de sus peores crisis, con una lista de deudas que no
termina en sus finanzas. Además de los pedidos de quiebra, el historial
financiero de sus cuentas abre una serie de interrogantes sobre los
responsables de su economía. Hasta este mes, durante los últimos tres años, sus
cuentas bancarias tuvieron decenas de cheques rechazados por casi quinientos
mil pesos. Los documentos bancarios sin fondos llevan la firma de Raúl Barr y
María Alejandra Mancuso, secretario y pro de Acción Social, que buscan renovar
sus cargos. En esa saga de cheques impagos, muchos fueron cancelados con
costosos intereses, salvo 30 mil pesos que se suman a otros 54 mil provenientes
de un crédito del Banco Nación.
En la trama de cheques sin fondos de la obra social también
aparece la Asociación Mutual y Protección Recíproca Unisol Salud, con valores
sin fondo que llevan la firma de Barr. Unisol es una mutual gerenciadora y sus
vínculos con la OSTPBA surgen a partir del actual secretario de Acción Social.
Las deudas no sólo son parte de la actualidad de la
obra social. El sindicato también tiene en su contra dos cheques sin fondos por
30 mil pesos respaldados con la firma de Das Neves, firmante también de un
crédito otorgado en agosto de 2011 por el Banco Credicoop por otros 450 mil
pesos, que se van descontando en cuotas de 20 mil pesos mensuales.
La obra social cobra por todas las consultas, tiene
una sola farmacia que sólo atiende 8 horas y sus médicos muchas veces cobran
plus. Lejos de ser un buen intento de salud solidaria, que haga honor a las
definiciones políticas de sus impulsores, está virtualmente quebrada con riesgo
de caer en manos de un puñado de gerenciadores que tienen curiosos vínculos con
parte de la corte familiar que administra el sindicato.
Amarga realidad para una herramienta de salud vital para
los trabajadores de prensa, acompañada por un sindicato cuyos bienes sirven de
garantía para financiar campañas electorales, y números que en 30 años nunca
han sido explicados a los trabajadores de prensa.
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